BIBIANA RUEDA BUENO

Dinámica familiar 101 para una vida más feliz!

La familia es donde todo comienza, el principio, el núcleo nutridor, la familia es donde recibimos valores fundamentales, creencias y percepciones del mundo que determinan cómo desarrollamos nuestra personalidad.

La familia no es la imagen estancada que publicamos en Instagram, la familia es una comunidad dinámica de individuos conectados, que se encuentra en constante cambio y movimiento influenciada por la memoria y las situaciones externas que se viven.

La familia se pausa, se anquilosa, se pone tóxica  así como  se libera, muta, cambia, y  se reinventa.La familia sostiene el movimiento de energía entre sus miembros que puede bloquearse, alterarse y cambiarse fácilmente según sus dinámicas.

Si un miembro de la familia se va o se enferma, esa dinámica cambia inmediatamente.

Si observamos la dinámica de nuestra familia, podemos llegar a comprender cómo mejorar la comunicación, cómo enfrentar las crisis y resolver problemas, cómo ayudar a los miembros de la familia que necesitan ser vistos, escuchados o reconocidos y, en general, cómo prosperar como una comunidad fluida y dinámica. Unidad que respeta la individualidad y fomenta el crecimiento.

Compartiré algunas ideas para que su familia fluya y prosperen juntos:

• Estar conectado con sus emociones y necesidades individuales. Tendemos a esperar que los miembros de nuestra familia nos “hagan” sentir de cierta manera o tendemos a colocarles cierta “responsabilidad” de nuestro estado de ánimo.

• Date tiempo para observar (sin juzgar) algunos patrones comunes en tu familia. Por ejemplo, ¿quién está a cargo, dando órdenes y de alguna manera organizando a todos? ¿Cómo es el proveedor? ¿Quién es el cuidador? ¿Están esos roles divididos o compartidos? Revise esos patrones y vea la dinámica de su familia desde una perspectiva más profunda.

• Escuche a todos los miembros, incluso a los niños pequeños. Es importante darles la oportunidad de expresar sus opiniones e ideas.

• Cuando hables en lugar de decir “tú eres…” o “ustedes siempre”, di: “mi percepción es” o “la forma en que veo esta situación es”. Es importante tener en cuenta que solo estamos expresando una emoción y debemos darles espacio para estar de acuerdo o en desacuerdo.

• Si es padre, tenga en cuenta a su hijo mayor: los patrones de los padres. Trate de evitar repeticiones poco saludables. Los patrones se pueden cambiar, sin embargo, la conciencia y la responsabilidad emocional son necesarias.

• Esté allí para los miembros de su familia. No solo como cuidadores o simpatizantes, sino también entablar una conversación activa escuchando, preguntando sobre sus emociones y sensaciones y compartiendo las suyas. Desarrollar conversaciones más profundas fortalece la conexión dentro de la familia y crea un vínculo emocional profundo.

Recordatorios diarios – Obstáculos para la abundancia

Estás obstaculizando tu flujo de bienestar y abundancia cuando:

• Te falta  enfoque, no tienes  clara tu intención

•Conectas con la ambición o el miedo como semilla central de tus acciones y decisiones.

•tienes un diálogo negativo y escaso hacia los demás, las situaciones y ti mismo.

• Cuando no crees en tí mismo

• Cuando piensas que tus problemas y sus soluciones están fuera o es culpa de otra persona.

• Cuando te culpo a tí mismo o a alguien más por tus situaciones

• Cuando crees que las cosas tienen que llegar con esfuerzo y lucha

• Cuando describes la mayoría de las cosas, experiencias y situaciones usando las palabras “caro” y/o “barato”

• Cuando justificas tus limitaciones mentales.

• Cuando tomas decisiones por miedo, escasez o tacañería

• Cuando la intención (lo que quieres) está desconectada de tu atención (lo que haces para que suceda)

Declaraciones saludables.

No necesito explicar o justificar mis emociones para legitimarlas y sentirlas.

Soy suficiente tal como soy.

Ser vulnerable es lo opuesto a ser débil, ser vulnerable es el mayor acto de valentía.

Está bien decir que no sin más justificación.

Las cosas se pueden hacer por alegría y no por deber.

No necesito identificarme con lo que «hago» ahora, con «las situaciones» con circunstancias externas o con lo que la gente dice de mí o hace a mi alrededor, soy más que eso.

El “tiempo”, el “día”, y mi “jefe” son neutrales, cada vez que agrego “mal”, “horrible o “devastador”, es mi propia interpretación.

Abrazo la incertidumbre como mi aliada diaria.

Escucho mi cuerpo y mis necesidades en primer lugar. 

Recuerdo permanecer desapegado de las personas, los resultados y las situaciones.

Ya no tengo la necesidad de culpar a los demás ni a mí mismo.

Entender tu árbol genealógico para encontrar tu propio camino

El genosociograma es una herramienta que empleo como psicóloga cuando trabajo con mis clientes. ¿Por qué? Explorar el árbol genealógico es una decisión de ser conscientes de la herencia de uno, comprender las dinámicas de la familia ayuda a los clientes a ver las raíces de su sistema de creencias, las carencias y los  problemas que puedan surgir. Con la voluntad de cambiar, los clientes pueden  ser conscientes de sus repeticiones, superar los patrones limitantes para  permitirse gozar el propósito de su vida.

El proceso revela ideas y bagajes de la familia. Dado que todos queremos pertenecer, tendemos a repetir estas creencias y patrones. Esto sucede a través de varios procesos, como la simple repetición (lo que veo, lo repito), la interpretación (independientemente de lo que vi durante mi infancia, mi inconsciente hizo una interpretación y creó algo similar en mi vida actual), la oposición (me sentí culpable o descuidado, por lo que decido convertirme en lo contrario de lo que representaba mi familia) o compensación (debo lograr todo lo que ellos no pudieron/no lograron).

El genosociograma comienza recordando a los abuelos como el contexto emocional de la infancia de los padres de el cliente. La pareja que trae un hijo al mundo claramente tiene un papel importante en el desarrollo emocional. La influencia de los padres prepara el escenario para la creatividad y la sexualidad. Los hermanos son las primeras personas con las que un cliente comparte  (espacio, comida, juguetes, atención). Con dichos datos se puede tener un cúmulo de información respecto a las emociones, necesidades, carencias y excesos que el individuo vivió y pudo heredar de su familia de manera consciente e inconsciente.

Mi trabajo en terapia es trabajar con los clientes como un equipo a través del proceso de:

• 1. Ser consciente

El estudio del Genosociograma descubre todas las dinámicas inconscientes no saludables que impulsan la vida de la persona y crean distancia de vivir auténticamente. Ayudo a los clientes a obtener conciencia diaria de estas dinámicas y notar cómo los patrones arraigados dirigen sus percepciones y comportamientos. Los comportamientos comunes de los que un cliente puede darse cuenta incluyen quejas frecuentes, ser innecesariamente pesimista o negativo o tratar de controlar situaciones que realmente no se pueden controlar.  La idea es que los clientes se den cuenta de cómo la repetición de estos comportamientos afectaba su vida.

• 2. Deshacerse de los patrones/creencias limitantes

A través del cambio consciente, los clientes trabajan en su diálogo interior y la comprensión de que la realidad depende de su percepción. Esto puede ayudar a los clientes a no tomarse las cosas tan personalmente y adaptarse al cambio y afrontar los conflictos que les limitan. También podemos usar actos simbólicos en nuestras sesiones para romper patrones. El acto simbólico va directamente al inconsciente (donde reside el patrón) y es una forma importante de conectarse con el proceso de integración y sanación.

• 3. Construyendo herramientas para ser un adulto emocional

Por lo general, trabajo con clientes por un período de tiempo limitado, ayudándoles a crear y gestionar herramientas y recursos que les permiten ser responsables de sus propias emociones, reacciones y comportamientos; dejar la necesidad de control y encontrar la paz interior diaria que se merecen. Los clientes entonces tienen todas las herramientas que necesitan para vivir una vida con propósito.